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La felicidad ciertamente tiene un rostro|| Reflexión

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elpastor
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Desde este lugar, la felicidad tiene rostro, y lo digo literalmente, porque tiene el rostro de las personas que amamos, sus dulces sonrisas, los abrazos que reconfortan el alma, las palabras que reconfortan, los silencios que alegran. @damarysvibra.

Hoy, mientras buscaba un tema y una razón para desarrollar contenido para mi querida comunidad @holos-lotus, me intrigó mucho la publicación de nuestra amiga @damarysvibra sobre el tema: "La felicidad tiene rostro". Esto me llamó mucho la atención, reflejando el enfoque que transmite al decirnos literalmente que el rostro de la felicidad está en las personas que amamos, en sus sonrisas, los abrazos que reconfortan el alma, las palabras que reconfortan e incluso ese silencio que parece mudo, pero transmite alegría y gran regocijo.

Me motivó y me animó a reconocer la importancia de la vida familiar y a que los pequeños detalles que cada miembro de la familia transmite con dulzura sean una razón interesante para ver el rostro de la felicidad.

Anoche, mi hija y mi hijo menores nos invitaron a mi esposa y a mí a disfrutar de un paseo y una deliciosa comida. Estaban muy contentos porque habían conseguido trabajo en línea y estaban recibiendo sus salarios. Querían compartir con alegría el fruto de su trabajo con sus padres.

Esto me llenó de alegría y felicidad. Doy gracias a Dios de que nunca decidieron emigrar del país. En cambio, desde que se graduaron de la universidad, decidieron buscar trabajo en línea, y gracias a Dios lo lograron, y esto los hace felices.

La verdad es que ayer domingo, con gran alegría y felicidad, quisieron compartir ese momento especial de una comida con sus padres, y que nos sintiéramos agradecidos y felices por ellos, porque como padres podemos contar con ellos y tenerlos juntos como familia.

Mi hija menor tenía una cara de felicidad. Vi lo feliz que estaba y que ahora, con su propio trabajo, podía ayudar y alegrar a sus padres. De la misma manera, mi hijo menor también estaba feliz y alegre, y todo esto me llenó como padre, y la felicidad fue inmensa.

Estos son los pequeños detalles de la vida que no se pueden pasar por alto. Las sonrisas de los hijos, su mirada feliz y esos tiernos abrazos hablan por sí solos y son esa agradable expresión de felicidad.

Cuando les tocó pagar la cuenta, se veían muy felices y contentos. El solo hecho de saber que ahora pagan con sus propios salarios les lleva a valorar y apreciar cada gesto que dirigen a sus padres.

La felicidad sin duda tiene rostro, y está ahí, en los rostros de nuestros hijos, en los rostros de quienes nos abrazan con sinceridad y en esa dulce y amable sonrisa que nos regalan nuestros seres queridos y amigos más especiales.

Llegamos a casa y los muchachos estaban felices porque nos habían dado un regalo en paseo y comida, y esto los llenó de un gran bienestar emocional.

El rostro de la felicidad no es una fantasía ni una utopía que podamos imaginar. La felicidad nos acompaña cuando somos capaces de actuar para que su rostro sea visible en cada acción y gesto de amor.

Que Dios siga bendiciéndonos a todos los que, de una u otra manera, hacemos de esta comunidad nuestro hogar de vida y convivencia.

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